Sigue bebiendo, no sé qué es lo que bebe, toma su libro y lo lee, le ofrezco un caramelo, me mira de reojo y dice no, moviendo la cabeza. Se levanta y se va, desaparece entre la multitud de gente que pasa alrededor de la plaza.
Hace tiempo que lo observo, pero él no lo sabe, tiene linda voz y bellas ideas, tiene ojos tristes. Escribe algunas veces, pero más que escribir habla, explica, hace. Se sienta y serio mira a todas partes o solamente a ninguna. Es mayor, si, mayor, tiene la edad de un padre joven, me mira como hija cuando se pierde en mi pupila café.
Lo escucho, dice a veces cosas, cosas que saben dulces que terminan siendo amargas, o viceversa. Su mirada es triste, su perfil precioso. Le gusta todo, aprende todo. Sin embargo no eres tú, no sabe lo que tú, no me duele como tú, no lo amo como a ti, él es simplemente un recurso para saberme sana en esto de los sentimientos.
Tú querido R, nunca fuiste un recurso, tú eras el movimiento, el motivo de todo, cuando estabas allí contándome tus cosas de ciencia que parecían más un cuento de ficción futurista y perversa, a veces tu parecías una de esas cosas, tú y tú haciéndome feliz cuando me hablabas en ese tono poético en que los hombres sinceros hablan y diciéndome todas las cualidades que no tenía.
Era hermoso escucharte describir esas realidades alternas que no conocía, ya fueran estas buenas o malas, daba lo mismo, era tu voz y esa forma tuya de contar las cosas, que hacías que me sonrojara y sintiera dentro de mí la necesidad de amarte y no escribir jamás ¿para qué, si tú lo hacías mejor y sentías más que yo?
Pero no hay nada más que fantasmas y murmullos, tu voz a veces de fondo y esa música que escuchabas, que quisiera destruir porque es lo que me acerca más a tu recuerdo, ojala algún día la comprenda o ojala algún día pueda escucharte de nuevo explicándome todo lo que esta trae consigo, lo que pase primero estará bien, ambas cosas tomarán tiempo, tiempo, ese instante del que todos hablan cuando lo describen, que para algunos es muy largo y para otros es tan corto.
Silvia Yulmaneli Moreno León.
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